Querida Marisa:
En respuesta al e-mail que me envías a través de tu abogado, contesto a continuación a tu petición del reparto de nuestras cosas. Quédatelo todo, no quiero nada. Bueno si, si no te importa me gustaría quedarme algunas cosas que paso a detallarte:
Puedes quedarte el coche, la moto y las dos bicicletas de competición. La colección de libros que hicimos juntos, la televisión de plasma, el equipo de música y el sofá.
A cambio, me gustaría quedarme con el recuerdo de tu risa mientras cocinabas, el olor de tu pelo cuando caías dormida a mi lado. Me quedo con los nervios que sentí la primera vez que dormimos juntos, con nuestras miradas cuando escuchábamos cantar a tu padre, con el vello de punta cada vez que hacíamos el amor. Con las risas con los amigos, con nuestros juegos cómplices los domingos, con la felicidad de simplemente estar juntos. Todo lo demás, si lo quieres, es tuyo.
Atentamente, Alfredo.
Tiene similitudes a la canción de los Mojinos "Ábreme la Puerta" Yo siempre con el tono de humor ;)
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